Hace 24 meses...
Hoy hace dos años que te fuiste, y tu ausencia todavía se siente…
Muchas cosas han pasado en este tiempo, pero el que no estés todavía lo respiro, te sigo teniendo presente y pensando en ti en muchas ocasiones…
Me enseñaste mucho, y cada día que pasa me doy cuenta que tantas cosas que vi de ti las conservo, las asimilé casi de forma inercial, dándolas por sentado, y sólo fue cuando ya no estabas que me di cuenta que eran tuyas y que sólo yo te las tomé prestadas…
Todavía te veo sentado en el sillón de la sala, leyendo revistas, en tu casa, tu espacio, tu mundo, y escuchando tu música instrumental. Tu pelo canoso desde que te conoci te hacia ver único, especial, y en ese ambiente reinaba una paz que nunca más he vuelto a sentir en ningún otro lado. Parecía que no había problema alguno…
Gran parte de lo que soy ahora de adulta te lo debo a ti. Me enseñaste a tener un sentido moral distinto, nunca te gustó ser abusivo y me enseñaste que lo mejor siempre sería el compartir, y en eso me pusiste el ejemplo al darle a toda tu familia sin esperar nada a cambio…
A veces eras testarudo a más no poder, y cuando decías NO, no había poder humano que te hiciera cambiar de opinión. Pero eso que a veces parecía necedad, en muchas ocasiones fue una firmeza que nos sacó de muchas y me ayudó a estar dónde estoy. Cuando algo no te parecía no tenias empacho en mostrar tu disgusto, tanto que parecía una autentica declaración de guerra. Tu mirada tan fuerte provocaba que uno se cuadrara inmediatamente, no necesitabas decir nada…
Tus besos, tus caricias, tus cariños siempre eran muchos y a todas horas. Nadie jamás pronunciará mi nombre como tú lo hacías, nadie. Tu amor era muy grande y dabas tanto que parecía no tenía fin, y es que creo que nunca se terminó porque todavía lo siento…
Cocinar era de uno de tu mayores gustos, y el sólo recordar los sopas, las ensaladas y las roscas que hacías que eran una autentica delicia al paladar, se me hace agua la boca de nuevo…
Te gustaba siempre arreglarte para estar presentable, y cuando lo hacías todos te piropeaban por la gran presencia que proyectabas y lo cachaco que eras...
Hoy escucho a Nat King Cole, Frank Pourcel, Paul Muriat, Ray Coniff, Engelbert Humperdinck y me vienes a la mente de inmediato, así como recordar con mucha nostalgia radio 6.20, tu estación favorita, que terminó siendo mía también porque nunca la dejaste de oír.
Sé que dos años no es mucho tiempo, por eso sigues tan fresco en mi memoria y sé, que aun y cuando pasen muchos años lo seguirás estando, y el sólo hecho de pensar en ti me transportará a muchos lugares y momentos, a alegrías y tristezas, risas y llantos y a esa paz que se respiraba en casa.
Sé que puedo escribir muchos más acerca de ti, pero, Victor Manuel Acuna, sólo quiero decir algo más: Gracias ... gracias…
Te quiero y te extraño mucho…Coromoto
Me enseñaste mucho, y cada día que pasa me doy cuenta que tantas cosas que vi de ti las conservo, las asimilé casi de forma inercial, dándolas por sentado, y sólo fue cuando ya no estabas que me di cuenta que eran tuyas y que sólo yo te las tomé prestadas…
Todavía te veo sentado en el sillón de la sala, leyendo revistas, en tu casa, tu espacio, tu mundo, y escuchando tu música instrumental. Tu pelo canoso desde que te conoci te hacia ver único, especial, y en ese ambiente reinaba una paz que nunca más he vuelto a sentir en ningún otro lado. Parecía que no había problema alguno…
Gran parte de lo que soy ahora de adulta te lo debo a ti. Me enseñaste a tener un sentido moral distinto, nunca te gustó ser abusivo y me enseñaste que lo mejor siempre sería el compartir, y en eso me pusiste el ejemplo al darle a toda tu familia sin esperar nada a cambio…
A veces eras testarudo a más no poder, y cuando decías NO, no había poder humano que te hiciera cambiar de opinión. Pero eso que a veces parecía necedad, en muchas ocasiones fue una firmeza que nos sacó de muchas y me ayudó a estar dónde estoy. Cuando algo no te parecía no tenias empacho en mostrar tu disgusto, tanto que parecía una autentica declaración de guerra. Tu mirada tan fuerte provocaba que uno se cuadrara inmediatamente, no necesitabas decir nada…
Tus besos, tus caricias, tus cariños siempre eran muchos y a todas horas. Nadie jamás pronunciará mi nombre como tú lo hacías, nadie. Tu amor era muy grande y dabas tanto que parecía no tenía fin, y es que creo que nunca se terminó porque todavía lo siento…
Cocinar era de uno de tu mayores gustos, y el sólo recordar los sopas, las ensaladas y las roscas que hacías que eran una autentica delicia al paladar, se me hace agua la boca de nuevo…
Te gustaba siempre arreglarte para estar presentable, y cuando lo hacías todos te piropeaban por la gran presencia que proyectabas y lo cachaco que eras...
Hoy escucho a Nat King Cole, Frank Pourcel, Paul Muriat, Ray Coniff, Engelbert Humperdinck y me vienes a la mente de inmediato, así como recordar con mucha nostalgia radio 6.20, tu estación favorita, que terminó siendo mía también porque nunca la dejaste de oír.
Sé que dos años no es mucho tiempo, por eso sigues tan fresco en mi memoria y sé, que aun y cuando pasen muchos años lo seguirás estando, y el sólo hecho de pensar en ti me transportará a muchos lugares y momentos, a alegrías y tristezas, risas y llantos y a esa paz que se respiraba en casa.
Sé que puedo escribir muchos más acerca de ti, pero, Victor Manuel Acuna, sólo quiero decir algo más: Gracias ... gracias…
Te quiero y te extraño mucho…Coromoto
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