Buscando pistas sobre la longevidad en los genes de George solitarios.
La tortuga gigante vivió durante más de un siglo, con genes vinculados a un sistema inmunitario robusto, una reparación eficiente del ADN y resistencia al cáncer.
Solitario George fue el último individuo conocido de la subespecie Geochelone nigra abingdoni de la tortuga de Galápagos. Murió en 2012. Créditos de créditoRodrigo Buendia / Agence France-Pressse - GettyImage
Cuando Lonesome George, el único sobreviviente de las tortugas de la Isla Pinta de las Galápagos, murió en 2012, la noticia llegó con un golpe.
Racionalmente, las personas tuvieron tiempo de prepararse para la realidad de que un día George se desvanecería, y con él, todo un linaje. Había vivido durante un siglo o más, una esperanza de vida común para las tortugas gigantes, y todos los intentos de aparearlo durante sus últimas décadas no tuvieron éxito.
Pero emocionalmente, es difícil prepararse para darse cuenta de que algo que una vez estuvo allí finalmente se ha ido por completo. Es el tipo de cosas que te hace reflexionar sobre la vida, nuestro paso fugaz en el universo y el implacable avance del tiempo.
Sentimientos similares impulsan la investigación de la longevidad. Recientemente, un equipo de científicos acudió a George en busca de ayuda en esta búsqueda, extrayendo su código genético en busca de pistas sobre su larga vida útil.
En un artículo publicado el lunes en Nature Ecology & Evolution, los investigadores informaron sobre hallazgos preliminares de variantes genéticas en George vinculados con un sistema inmunitario robusto, una reparación eficiente del ADN y una resistencia al cáncer. El estudio también establece el escenario para comprender el pasado evolutivo de las tortugas gigantes, lo que podría ayudar a conservarlas en el futuro.
Regístrese para recibir el boletín de noticias de Science Times.
Las tortugas gigantes ayudaron a lanzar la teoría de la evolución. Cuando Charles Darwin visitó las Galápagos, notó que las conchas de las tortugas eran adaptaciones únicas a sus entornos. Él hipotetizó que la selección natural estaba en el trabajo. Las tortugas de Galápagos han continuado siendo una fuente rica de investigación para los científicos evolutivos. Adalgisa "Gisella" Caccone, investigadora de la Universidad de Yale, ha pasado décadas estudiando los reptiles que son del tamaño de pianos verticales.
Pero hace años, la Dra. Caccone chocó contra una pared: necesitaba a alguien que la ayudara a descifrar qué partes del ADN de las tortugas eran genes funcionales, qué regiones no eran y cuáles podrían ser las funciones de los genes. Recibió un mensaje fatídico de Carlos López-Otín, profesor de la Universidad de Oviedo en España, que ha desarrollado una carrera en el estudio del cáncer y el envejecimiento en humanos. El Dr. López-Otín estaba interesado en descubrir los secretos genéticos detrás de la legendaria longevidad de las tortugas.
Las tortugas gigantes ayudaron a lanzar la teoría de la evolución.
By Steph Yin
Dic 8 2018
New York Time.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario