Como siempre sucede los amigos mas frecuentes que tienes están en tu propio barrio. Te ven salir y entrar. Salir de compras. Ir y venir del mercado, etc. Todo lo cual te hace visible y ya la gente sabe en que apartamento vives, que carro conduces, quienes son tus hijos y aun donde trabajas. Don Chan recuerda claramente el primer amigo que hizo, cuales fueron las primeras personas que se mudaron al vecindario desde que ellos llegaron a vivir aquí. Le parece aun estar escuchando la música cubana de la primera reunión a la que lo invito el inolvidable Estier Colazo, aquel ya mayor vecino que en su tiempo hablaba con vehemencia y pasión de su natal isla. Don Chan fue un hombre dedicado a proveer por su familia y casi siempre se limitaba a buscar la manera de incrementar sus ingresos par dar a su familia lo mejor. Sin embargo al escuchar al amigo Estier, le llamaba mucho la atención como aun después de muchos anos en el exilio aquel amigo de barba larga y acento difícil de entender insistía en pintar su tierra como algo excepcional y casi paradisíaca. Por que? se
preguntaba Don Chan entonces otros isleños como aquel, criticaban y censuraban lo que el gobierno en el poder había estado haciendo por mas de 50 años.Nunca, se repetía, aparte de lo hablara, olvidaría su acento musical, pero mas que todo el olor nauseabundo del habano que insistía en fumar en las reuniones a las que asistía o el mismo invitaba al vecindario. Otra cara que nunca se borraría de su mente era la del mecánico mejicano que en numerosas
ocasiones le ayudo a desvarar su maltratado carro. Le hizo disfrutar de las rancheras, le deleito con sus chistes de "manitos" y hasta fue quien con un tequila fuerte le hizo reír a carcajadas en la calle. Al mirar a sus hijos la imagen del curita al que hablo, con quien se confeso y aun comulgo le hace sentir tranquilo y le da la sensación de que después de todo, aquel barrio había dejado huellas profundas en la familia. Se rasco la nuca, sonrió fugazmente y meneando la cabeza por un instante, en su mente se dibujo la imagen del la cara desteñida, el escaso pelo y el bigote corto y pronunciado del hombre de la venta de los libros que por aquel entonces casi sin pronunciar palabra solo emitía opiniones cuando de política se trataba. o podía olvidarlo pues su postura corporal y el ceño fruncido sin explicarlo le recordaban un personaje histórico del que había escuchado en sus primeros años de escuela.
ocasiones le ayudo a desvarar su maltratado carro. Le hizo disfrutar de las rancheras, le deleito con sus chistes de "manitos" y hasta fue quien con un tequila fuerte le hizo reír a carcajadas en la calle. Al mirar a sus hijos la imagen del curita al que hablo, con quien se confeso y aun comulgo le hace sentir tranquilo y le da la sensación de que después de todo, aquel barrio había dejado huellas profundas en la familia. Se rasco la nuca, sonrió fugazmente y meneando la cabeza por un instante, en su mente se dibujo la imagen del la cara desteñida, el escaso pelo y el bigote corto y pronunciado del hombre de la venta de los libros que por aquel entonces casi sin pronunciar palabra solo emitía opiniones cuando de política se trataba. o podía olvidarlo pues su postura corporal y el ceño fruncido sin explicarlo le recordaban un personaje histórico del que había escuchado en sus primeros años de escuela.
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