Taxi Amarillo
Los taxis de Nueva York no son amarillos por casualidad. En 1897, la
primera empresa de taxis de Nueva York empezó sus operaciones con una
flota de 12 coches de caballos. En los primeros años del siglo XX, la
Electric Vehicle Company ya contaba con mil coches eléctricos circulando
por las calles de la ciudad, pero desgraciadamente, en 1907 perdió 300
de sus vehículos en un incendio, lo que unido a la gran crisis
financiera conocida como el Pánico de 1907 provocó la bancarrota de la
compañía.
Ese mismo año, Harry N. Allen fue sorprendido con una carrera de taxi de cinco dólares tras recorrer tan solo 1,21 km.
En los tiempos actuales, esto equivaldría a que el taxímetro marcase
unos 95 euros por esa distancia tan corta. Su ira ante el incidente le
llevó a crear una empresa de taxis que cobrara un precio fijo por milla.
Antes del fin de ese año ya había importado 65 vehículos de gasolina
de Francia y la New York Taxicab Company empezaba a circular. Para que
los vehículos fueran visibles desde lejos, Allen los repintó de amarillo
y en 1908 ya había 700 taxis amarillos recorriendo las calles.
Hacia 1920, y a pesar de que los 50 céntimos de dólar por milla (unos
8,80 euros en la actualidad) aún eran prohibitivos para la mayoría, las
compañías de taxi y sus respectivos colores circulaban por toda la
ciudad. En aquel momento, la empresa con más éxito era la Checker Cab
Manufacturing Company, cuyos taxis eran reconocibles por sus
emblemáticos colores amarillo y negro.
Llegamos a los años 30 y con ellos empieza la Gran Depresión.
Nueva York superaba los 30.000 taxis y el alcalde Jimmy Walker decidió
que era el momento de que la ciudad tomara las riendas de la industria y
controlara lo que se había convertido en un problema. Empieza la
regulación municipal del sector.
En 1937, el alcalde Fiorello H. La Guardia firmó el documento que
introducía licencias oficiales de taxi y el sistema de medallones. Esta
ley limitaba el número de licencias a 16.900, pero se acabaron
reduciendo a 11.787, límite que continuó hasta 1996 cuando se añadieron
133 taxis más, llegando a las 13.237 licencias en 2009.
En 1967, bajo un ambiente social de desasosiego y tensión racial
extendido por todo el país, se prohibió a los conductores que carecían
de medallón la recogida de transeúntes y, para que los taxis oficiales
pudieran ser reconocidos más fácilmente y se redujera el uso de taxis no
oficiales, se ordenó que todos los taxis con licencia fueran pintados de amarillo.
Y así es como todos los taxis de Manhattan han acabado siendo de este color.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario